El oler bien es
una consideración hacia nosotros mismos y hacia los que nos rodean.
El olfato es un
sentido tan importante como el de la vista, el oído, el gusto y el tacto. Todos
ellos se deben combinar para convertirse en sensaciones, que nos permiten
disfrutar todo lo que pasa a nuestro alrededor. Todos ellos se relacionan, si
uno llega a fallar los otros por consiguiente también.
Soy una persona
olfativa, que recuerda a través de los olores a personas, lugares y eventos. Es impresionante cómo un buen
olor me pone de buenas y un mal olor hasta migraña me causa.
Hace pocos días
estábamos en la fila de migración en el Aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad
de Nueva York. La fila era inmensa pues habíamos llegado varios vuelos al mismo
tiempo, y uno de ellos provenía de
Paris. Mi esposo y yo teníamos residuos de una gripe que nos impedía oler; sí
podíamos respirar pero no percibíamos ningún olor.
Mi esposo y yo
nos volteamos a ver con cara de interrogación preguntándonos ¿qué pasa? ¿Ya
llegaron las armas químicas al aeropuerto? Seguramente Siria ya atacó y nosotros ni enterados.
Ante este
peligro, no dudé en preguntar a nuestra amiga de fila, la cual
respondió conteniendo la respiración
- es un francés que va enfrente de nosotros. ¿No lo huelen? ¡Esta cañón!
– Lo mire y el señor no se percataba de que la molestia a lo largo y ancho de
la sala ¡era él! . Miraba su celular y avanzaba con calma. Para él todo estaba
bien. No me quiero imaginar a sus vecinos de asiento en el avión, el
sufrimiento olfativo que se llevaron durante las siete horas que dura el vuelo
de Paris a Nueva York.
Ahí ante
tan buen olfato que tengo me sentí
aliviada, pues por primera vez en mi vida, la gripe tenía alguna utilidad actuando como filtro ambiental,
pues me salvó de fumarme el humor del tipo y dejarme con su olor por un tiempo
en la nariz.
En la misma fila
otra señora nos preguntaba con cara de angustia y asco, que si no se olían a si
mismos y la respuesta desafortunadamente era que no.
Nuestro
cerebro a través del olfato puede
percibir hasta diez mil olores diferentes, sin embargo existe un fenómeno
llamado “fatiga olfativa”, la cual, después de cierto tiempo en presencia de un
olor, hace que dejemos de percibirlo. Nos agobiamos de oler lo mismo bueno o malo, nos
cansamos y nuestro cerebro decide bloquearlo.
Por eso es común
que muchas personas no percibamos nuestros olores o a qué huelen los demás con los que convivimos, dejando a
este tema como uno muy delicado a
tratar con el apestoso en cuestión.
Si uno no se percibe maloliente por presentar fatiga olfativa, ¿cómo
puede saber que apesta?
Lo mejor es no
correr el riesgo y llevar a cabo nuestra rutina diaria de limpieza personal y
ayudarnos con tres elementos básicos para no caer en ese extremo: baño diario,
desodorante y loción.
Ropa limpia
todos los días, también es un factor importante, el olor de los franceses - dicen
los que saben - también se debe a
que utilizan varios días la misma ropa interior y si a eso le sumamos su comida condimentada, tenemos la
combinación ganadora para un humor desagradable.
No dudo que
habrá franceses muy limpios y por justos paguen los pecadores, pero mis
experiencias olfativas hasta el día de hoy con ellos no han sido muy buenas.
Seguramente los
mexicanos también tenemos nuestro humor particular y otras culturas se quejarán
de él, pero gracias a la fatiga
olfativa entre nosotros, vivimos tranquilos.
Oler bien es la
cereza del pastel después de nuestra rutina diaria de arreglo personal. No hay
nada más agradable que un hombre huela y se vea bien ; es cerrar el círculo de
todos los sentidos en nuestra persona
con broche de oro.
Consejos
para no caer en el Síndrome de Pepe Le Pew
1. Baño diario
3. Usar loción. Escoger una loción de acuerdo a su personalidad y
tolerancia. Un aroma que huela a fresco y sea ligero es mejor por la mañana. Si se tiene un compromiso por la noche uno más fuerte
será lo adecuado.
La loción será
su sello personal. No olerá igual en todas las personas. Al comprarla pida el
consejo de una amiga o de su pareja, pruébeselas, si puede utilícela todo el
día, y si al final del mismo le gusta, esa será su fragancia.
Los lugares para
utilizar la loción son: pecho y cuello abarcando un poco de la quijada. En la
noche agregará mejillas cerca del oído. Estos son lugares con alta circulación
de sangre lo cual mantendrá su olor en su cuerpo por muchas horas. Cuidado de
aplicar mucha cantidad, su olor deberá ser discreto.
4. Siempre utilice ropa interior y exterior limpia.
5. Utilice talco o desodorante para pies.
Debido a que sus pies los encierra por más de doce horas seguidas en sus
zapatos, éstos podrían despedir un aroma desagradable. También es aconsejable
terciar el uso de los zapatos, es decir no repetir el mismo par dos días
seguidos, para dejarlos descansar y airearlos.
7. Cuidar lo que comemos. Es bien sabido
que el humor de las razas lo dan los alimentos que ingerimos, por lo cual no esta
de más tener cuidado de no comer ajo y cebolla en exceso, fumar y consumir
bebidas alcohólicas, ya que contribuirán a que nuestro olor sea desagradable.
Seamos ecológicos y que la sensatez persista en
nuestras mentes y cuerpos, olores siempre habrán, pero procuremos que sean
agradables no sólo para nosotros, sino para los que nos rodean, en todos los
ámbitos de la vida cotidiana, una persona limpia cabe en todas partes, es bien
recibida y será recordada por sus virtudes, no por sus “olores”.